Amor mío, Vampeta

Cuando me preguntan quién es Vampeta, siempre recuerdo lo que escribió Antonio Esquivel para el diario  Crónica. 

La primera vez que Billy Alvarez habló de traer a Vampeta a Cruz Azul (Méjico), un reportero le preguntó: 

  
“¿Y ese fulano quién es?” Pero Paola y Salma, dos trasvestis que hacen la calle en Nuevo León, casi esquina con Insurgentes, no están tan desinformados. “Vampeta, ¿El cuerpazo que se desnudó en aquella revista gay? Él de la selección brasileña ¿no?”, dicen con entusiasmo a Crónica.

Aquí tenemos la famosa portada del Gato da Capa que nadie pudo olvidar:

Vampeta, Bola na Rede

No obstante, Vampeta además de ser famoso por aquella portada, fue un volante brasileño ganador de entre otras cosas del Mundial de Corea del Sur/Japón (2002) y de una Copa América (1999). Por otro lado, desarrolló una carrera deportiva por Europa en equipos como el PSV, donde fue campeón de Liga dos años (siendo el mejor jugador), y por otros equipos con mucho menor fortuna como Inter de Milán o París Saint-Germain. Además, durante mucho tiempo fue vinculado a clubs españoles como el Rayo Vallecano, por ejemplo. Finalmente, terminó su carrera como jugador en numerosos equipos brasileños como el Corinthians, donde ganó un Mundial de clubes, para acabar como entrenador de equipos menores en su ciudad natal.

Aquí le tenemos en una eliminatoria de su Mundial, tumbando literalmente a Argentina con dos goles en el famoso 3-1. Sin duda, un jugador único y diferente:

Para concluir, debemos mencionar que Vampeta fue un personaje muy comprometido con la realidad social de su país. Por ejemplo, con el dinero que recibió por la polémica portada compró y arregló la única sala de cine de su ciudad natal, Nazaré das Farinhas, siendo posteriormente premiado por el Ministerio de Cultura de su país. Sin embargo, aquella portada también le acarreó numerosos problemas, su técnico en la selección  Luis Felipe Scolari le dijo al capitán Mauro, Aldair y al propio Vampeta que si se le ocurría seguir posando para revistas gays que se olvidara de volver a jugar con la selección ya que, como señaló Felipao, "en mi equipo no acepto maricones". Por tonterías de entrenador, Brasil no hubiera ganado un Mundial.

Fuente(1): G Magazine
Fuente(2): Diario Crónica