Vivimos tiempos salvajes en el fútbol, cada día el dinero y la fama se anteponen a valores deportivos como el amor a una camiseta. Entiendo que no se pueda culpar a nadie porque, amigos, 'la pela és la pela' (en catalán) o 'money talks' para cuando emigras a la Premier que poderoso caballero es don dinero.
Yo no soy nadie para juzgar lo que cada uno hace con su futuro profesional y ecónomico ya que siempre todos aspiramos a una situación mejor, pero he de admitir que proceso un profundo amor por las historias de jugadores eternos. Personas que defienden toda una vida una camiseta hasta el final de las consecuencias, leyendas para los aficionados. A los más jovenes les contarás historias de sus goles, paradas y expulsiones porque son parte de la historia de tu club, llegaron para quedarse y conseguir títulos, ascensos, etc. Un día verás que tus ídolos se van retirando y aprecias el pasar del tiempo, pero...¡Qué bonita es la nostalgia de sus historias! Charlar con tus amigos de noche en un bar para recordarles es un gesto de amor y de que no todo está pérdido en esta época de petrodólares y jugadores que pertenecen a fondos de inversión (de díficil explicación).
Hoy me gustaría recordar a un jugador que no es de mi equipo ni de mi época, pero su historia y sus palabras me han vuelto a recordar este sentimiento que hoy comparto con los lectores.
Mi protagonista de hoy es Amadeo Carrizo, portero argentino de las décadas 40, 50, 60, considerado por muchos como un innovador en la técnica del guardamenta: salir del área para participar con la defensa, usar las piernas para robar el balón a los atacantes y emplear el saque rápido para iniciar el contraataque. Jugó 545 partidos oficiales en River Plate, detuvo 18 penales y logró 7 títulos.
A continuación, podemos observarle explicar su técnicas de portero:
"El arquero sufre, eso un poco, es un hombre que está ahí, (...) estático, en una posición en la que no puede desahorgarse a ir a pelear una pelota o gambetear a un rival."
Recientemente ha sido entrevistado, recibiendo un fuerte homenaje por la afición de la franja. Sus palabras fueron estás:
"En la vida lloré tres veces y las tres fueron por River Plate"
Sin palabras. Estos jugadores dignifican nuestro deporte.
Fuente imagen: Wikipedia
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