Bergkamp, canto a la técnica

Hubo una época no muy lejana, en la que un holandés delgaducho y no especialmente rápido, coleccionó varios de los mejores goles de la historia de la Premier, y por ende, de la historia del fútbol mundial. Ese jugador se llamaba Dennis y se apellidaba Bergkamp.

Durante más de un lustro, Dennis y su pelo dorado, tiñeron de luz los oscuros campos británicos a base de controles exquísitos y toques preciosistas, a la vez de dedicarse a quitar telarañas de algunas de las escuadras mas pomposas del país.

Bergkamp construyó en el área, una especie de terreno embaldosado, donde quebrar rivales baldosa a baldosa, con aquellos toques sutiles de puntera que eran marca de la casa.

Su miedo a volar, dicen que por un susto casi dramático sobrevolando el Etna, engrandece un poco mas su historia, pero quizás nos privó de mas escenas memorables. Hay que recordar que muchos de los viajes intercontinentales del Arsenal no podía realizarlos (la mayoría, al vivir en la islas) y los nacionales los realizaba en coche, con lo que ello suponía para su ya maltrecho físico.

De Bergkamp se recordaran goles como el que le endosó al Newcastle a la media vuelta, con un toque espléndido a espaldas de la portería, en una acción técnica que no ha vuelto a verse hasta la actualidad. Los genios crean cosas que no se pueden ni imitar.

O aquel gol Vs Argentina en el mundial, en la que dejó sentado a uno de los mejores centrales en su momento como era Ayala, con su sombrero intimo a escasos centímetros de la propia bota de Bergkamp. Un gol que no solo dio una clasificación para las semifinales de un mundial, sino una excusa perfecta para apoyar a aquella maravillosa “Orange” la cual, sólo los penaltis Vs Brasil, impidieron mayores cotas.

Sin duda no estará nunca considerado entre los 20 o 30 mejores jugadores de la historia, irregularidad, baja tasa de goles anuales o lo ya mencionado sobre su ausencia en partidos trascendentales fuera de las islas. Pero para todo aficionado al buen fútbol, Bergkamp será siempre sinónimo de técnica y placer por la pelota.

Como hace poco escuché a un periodista deportivo:

“Bergkamp nunca golpeó el balón a puerta, lo suyo eran pases medidos a la escuadra”

LEGEND

¿Quién es el tercer mejor jugador del mundo?

Hoy es Hazard, ayer fue Ribery y mañana puede que sea Jesé. Los medios de comunicación buscan vías para generar horas de tertulia dentro de un ámbito tan relativo cómo es la ordenación del talento dentro del gremio futbolista.

Una vez que parece claro el olimpo fútbolistico y los dos primeros puestos del ranking, CR y Messi, no dan lugar a debate, mas allá de mentes obtusas con las que no merece la pena entrar en más pugna que la que tienen ellos mismos con su propia ignorancia.Sin embargo, los periodistas de ambos lados del globo se afanan por ser los primeros en descubrir ese tercer escalón que complete el podiúm.

El devenir de los acontecimientos suele ser parecido. Encadenación de 2 o 3 buenas actuaciones en partidos importantes y televisados. Si incluyen goles dentro de posiciones que no son habituales mejor y, si hablamos de delanteros, una cantidad de goles excelsa es suficiente para presentar propuesta de ley.

Hazard encadenó un maravilloso encuentro contra el City, en él que fue el amor y señor del encuentro más importante de la jornada y continuó su candidatura con un hat-trick en la Premier la siguiente jornada. Desde luego que esta haciendo una gran campaña, siendo más culpable que Mourinho en la marcha de Juan Mata al Manchester, ya que su sitio ya tenía dueño y era del belga.

Pero el mejunje de todo esto, no es dudar de la calidad de Hazard, que desde Volante de banda no se pone en duda; sino intentar aplicar un mínimo de coherencia respecto a todos esos debates ordinales en el balompié.

Que jugador es mejor que otro jugador es tan relativo, que el simple hecho de dejarse llevar por una semana de fútbol para ser absolutista en este sentido, es igual de ridículo que decir que Messi esta acabado porque lleve 5 partidos sin marcar o que Cristiano es un provocador por responder con una caricia la constante provocación rival.

Fuente imagen: Marca