Las frases

martes, 25 de junio de 2013

Ancelotti, o como pasar de la guerra a la calma

 “Nunca he tenido una discusión fuerte con un jugador, pero sí muchas veces nos hemos reído juntos”
Esta frase alojada en su autobiografía, puede explicar a las claras, lo que significa Ancelotti en un vestuario de fútbol. Tranquilidad, pausa, sobriedad, serenidad,… . Podríamos estar definiendo la obra de Bach, pero este blog habla de fútbol, y nos estamos refiriendo a la personalidad clave de Carletto (como se le conoce en la intimidad).

Carlo ha conocido tres ligas en tres países tan diferentes como Italia, Inglaterra y Francia, y en las tres ha sido capaz de llevarse el gato al agua (como en determinado programa de Intereconomia). Ligas conseguidas con una espectacular regularidad y casi sin altibajos durante la temporada.Con el Milán de los Sheva, Pirlo, Seedorf,.. Consiguió todo lo posible en materia continental e intercontinental, creó un equipo de ensueño, que durante unos cuantos años estuvo presente en todos los “saraos” europeos, y así pudo conseguir dos Champions League, sendas Supercopas de Europa y una Intercontinental.
“Si no hubiera sido por el sudor de mis padres yo no estaría aquí. En la época era un sacrificio enorme trabajar la tierra sin maquinaria. Se hacía todo a mano y se tardaba mucho. Y lo que sembrabas lo recogías un año más tarde, así que había que tener una enorme paciencia y no venirte abajo en los momentos difíciles [...] Y fue ahí donde aprendí que el arte de la calma es fundamental, y en mi vida me ha servido mucho”
El carácter de “Carletto” se ha ido forjando a lo largo de su carrera futbolística, y ahora, situado en el banquillo, ha sabido trasmitir sus mismos valores a los respectivos vestuarios que ha visitado.

Está claro que tratar con Ibrahimovic, Terry o Gennaro Gatusso, no debe ser fácil, pero con la confirmación de su fichaje por el Madrid, va a entrar en el vestuario que más veces ha usado la estrategia de“Tierra quemada” en la historia. Un vestuario que ha tragado entrenadores con la misma velocidad que se iban los millones en verano, tratando de contentar a los socios con sus sueños y esperanzas futbolísticas, y aparentemente, fuera de un modelo futbolístico sólido de futuro.

Si consigue aplicar sus métodos personales, volviendo a unir a todo el vestuario madridista para ir todos a una, tendrá gran parte del camino hecho. Pero si ni el “Special One” lo consiguió, fácil no debe de ser.

Un metrónomo de jugador en el banquillo



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