Dicen que la alegría va por barrios, pues imagínense como viajará entre ciudades. Explican que todo en la vida es cíclico, por lo que el fútbol no iba a ser menos. De un problema, nace una solución y de la ausencia de recursos, nace una cantera. Así al menos ha sido durante muchos años el “leit motiv” de resurgimiento de muchos equipos del mundo fútbol. Cuando el Madrid adolecía de un incansable aumento en la media de edad de la plantilla a principios de los años 80, surgió de la nada “La Quinte del buitre”. Que decir del Barcelona post-Núñez-Gaspart, que mientras coqueteó algún año con quedarse incluso fuera de Europa; dentro de la nave, en las maquinas mas internas, se estaba gestando la mejor generación de futbolistas de su historia y, porque no decirlo, de la historia del fútbol mundial.
Que la alegría vaya por barrios provoca que cuando te ves sumido en la tristeza y la oscuridad, envidies la luz y la felicidad del otro barrio, pues imagínate si el otro barrio es azulgrana y odias con toda tu fuerza esa combinación de colores. Durante estos años, el madridismo ha envidiado la forma de llevar las cosas en can Barça. Esa plantilla de la casa, ese futbol estético, esa capacidad competitiva y, sobretodo, ese gusto por los colores mas allá del ego del futbolista, generó en el entorno madridista una permanente visión negativa sobre su cantera, y de cómo, durante los años de la opulencia económica, se había dejado de lado ese recurso normalmente tan utilizado. Incluso se ha caído en el error de sobrevalorar jugadores salidos de la cantera madridista que han jugado en la primera plantilla con un desempeño marginal, (Granero, Adán, Miguel Torres,…) sólo por el hecho de haberse formado en casa.
Pero parece que por fin, hay brotes verdes en Valdebebas. Y aunque el poder económico sigue latente en un conjunto como el blanco tan dado a la globalización y al marketing entre naciones y gustos mundiales. Surgen como frentes del madridismo, jugador tañidos por la magnificencia del club blanco, con esos valores tan demandados y con esa querencia por los colores que no puede comprar ni todo el oro del mundo. Los Jesé, Morata o Carvajal son sólo algunos de los nombres que más le ponen al aficionado madridista, que tan ansioso vive en buscar sus héroes locales, como luego muere y se desvive por destronarles con la misma celeridad. De la paciencia de unos y otros, y de ese componente suerte que va ligado a la carrera de los jugadores jóvenes con potencial (que le pregunten a Canales de qué va esto), dependerá de que el Madrid vista de seda y blanco, los campeonatos nacionales e internacionales de los próximos años. Sólo pedimos una cosa desde este humilde blog.
Imagen: Real Madrid Web Oficial
Si la cosa va mal otra vez, no echéis la culpa a la cantera, echársela al empedrado.
La nueva perla blanca |
Imagen: Real Madrid Web Oficial
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