Las frases

miércoles, 17 de julio de 2013

El ángel de Guardiola

El jugador más expulsado de la historia del Barcelona de pronto entró en el camino de la virginidad. El futbolista mas protestón y chulesco que hubo en años en el Barcelona, de repente se convirtió en el yerno que toda suegra quería tener. Pep Guardiola, como futbolista, nunca fue un cúmulo de bondades. Un maravilloso futbolista que tuvo muchos puntos negros en su comportamiento en el campo siempre excusado por su capitanía y mando.
Pero todo cambio cuando llegó al banquillo del Barcelona. Y acompañado de éxito tras éxito (que esto siempre ayuda, porque hasta Mourinho parecía un ángel en la liga de los records) ofreció un carácter cercano a la divinidad. Buenas palabras, buenos actos, buena ropa y buen peinado -lo que duró, como todo en la vida. 
 
El galán Pep


Al final, como dice mi madre, cada pájaro vuelve a su rama y Guardiola tuvo algún episodio de tensión en el banquillo culé cuando perdió la copa del rey,  parecía que su reinado llegaba al fin. Pero todo volvió a la calma con la victoria incontestable y casi humillante al Madrid en Champions.
Pasó el tiempo y Guardiola siguió intentando maquillar su verdadera personalidad. Palabras como valores y humildad eran el pan de cada día. Yo siempre pensé que mezclar futbol con el tocino es peligroso. Pronto, este tipo de declaraciones se volvieron en su contra cuando en algún partido determinado y en momentos de tensión, esos valores y humildad se veían torcidos por el lógico devenir e los acontecimientos.
Aún tuvo tiempo Pep de maquillar su carácter cuando se enteró de que Tito iba a ser su sucesor y dejar la mayor imagen de divinidad que se recordará. Pero no pudo reprimirse el verdadero Pep, ya en aquella rueda de prensa con Zubizarreta al lado, sacó una rostro de Camacho en el partido contra Corea en el Mundial que no podía con ella. Verdaderos sentimientos, verdaderos valores de las personas que cuando nos ponen los cuernos nos jode y pegaríamos una manada de hostias al susodicho. ¿Lo otro?, lo otro es un cuento.
Guardiola se tomo un año sabático, y tan sabático fue, que se olvidó que en la misma ciudad estaba  él que hasta ese momento era su amigo. Cuando hablamos de una enfermedad grave de por medio, está feo no realizar la típica visita de animación y sosiego.
Vilanova, guardó y calló (cosas más importantes tenía en las que preocuparse), pero Pep salió de su letargo anual y decidió recalar en el mejor equipo de Europa. Sabiendo lo complicado que va a ser el año (el listón está muy alto) y viendo que el Barça de Neymar puede complicarle la existencia, ha decidido “salir del armario” e intentar desestabilizar al rival más peligroso que ve.
Primero se trajo a Thiago, una perla de la Masía, y uno de los mayores quebraderos de cabeza de Vilanova al no haberle dado el mando y protagonismo que quizás merecía por su calidad y proyección. Más tarde el intento desestabilizar a la presidencia (que también tiene alguna cuenta pendiente que otra por ahí), utilizando también el recurso Tito.
Y Tito ha explotado con un arranque de sinceridad que a veces se ha echado en falta en can Barça, dejó una rueda de prensa llena de reproches y levantamientos de caretas. Parece mentira que un ambiente tan idílico como se nos vendió en su día, acabe como el rosario de la aurora.
Guardiola es el típico que empieza salir con tu ex-pareja. Guapo, elegante, todo buenas palabras y alabanzas. Pero todos sabemos que ese tío, es igual que todos. Ni unos son tan buenos… Eso si, como entrenador es un genio, como otros muchos.

Fuente imagen: Marca

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